ESTADO DEL LIBRO: NUEVO, SIN USO.
DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO:
- Tapa dura:436 páginas
- Editor: EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.; Edición: 1 (29 de octubre de 2001)
- Colección:Mundo antiguo
- Idioma:Español
- ISBN-10:8431319119
- ISBN-13:978-8431319113
RESUMEN DEL LIBRO:
El interés de cierta historiografía por los hechos sociales y los modelos económicos contribuyó sin duda al desinterés por los estudios clásicos. Los autores grecolatinos, punto de referencia para escritores, artistas y políticos desde finales de la Edad Media, fueron arrinconados en beneficio de los índices, curvas y estadísticas. No es casual que esta situación fuera acompañada por un abandono de la filosofía moral basada en el humanismo clásico y su sustitución por concepciones utilitaristas y pragmáticas del hombre y de la Historia. Por eso quien ha dedicado más de medio siglo al estudio de la antigua Roma, al análisis de su lengua, literatura e historia, tiene que ser calificado necesariamente de humanista. Tal es el caso de Antonio Fontán, autor de los estudios filológicos e históricos que conforman Letras y poder en Roma. Estos artículos y conferencias de Fontán nos introducen en la vida y obra de Tito Livio, Séneca, Marcial, Quintiliano o san Agustín, junto con sugestivas reflexiones sobre las aportaciones de Hispania y el mundo cristiano a Roma. Se trata de un libro concebido para despertar el interés por la lectura de los clásicos de Roma, una tarea que enriquece la personalidad y la experiencia humanas. Los clásicos glosados por Fontán tienen mucho del modelo de “vidas ejemplares”, en la línea de Plutarco o Tito Livio. El autor ofrece un minucioso retrato de personajes que, en sus obras o palabras, se han convertido en paradigmas del amor a la libertad o a la patria, o del interés por el bien público. Son héroes cívicos, modelos en los que se reconoce el autor del libro, hombre que, como algunos de ellos, ha combinado los ideales y la acción, la cultura y la política. En el fondo, tanto el libro como toda la labor intelectual de Fontán se ajustan al lema de Tito Livio