ESTADO: NUEVO, SIN USO
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DATOS DEL LIBRO
Tapa blanda: 444 páginas
Editor: Siglo XXI de España Editores, S.A. – Año 2015
Colección: Historia de Europa
Idioma: Español
ISBN-10: 8432301167
ISBN-13: 978-8432301162
RESUMEN DEL LIBRO
¿Tenían conciencia los europeos que vivían en el período que J. H. Elliott estudia del drama en que se hallaban implicados? En la segunda mitad del siglo XVI las líneas divisorias de Europa estaban netamente marcadas: las guerras religiosas y las guerras civiles dificultaban la mutua comprensión en los cuatro puntos cardinales. La superpoblación, con la consiguiente escasez de alimentos y de trabajo, había creado unas tensiones que la estructura social y política se mostraba incapaz de contener. Las clases pudientes hacían ostentación de sus derechos y privilegios; los desposeídos recurrían a la violencia: piratería y bandidaje, revuelta y rebelión. El colapso del consensus religioso emparejaba con la fortuita debilidad de muchas monarquías. Se acentuaba el conservadurismo político y social; surgían nacionalismos providenciales en la católica España y en la Inglaterra protestante; brotaba una asfixiante ortodoxia, engendrada por la controversia religiosa. Algo le impelía, no obstante, a Europa a mantenerse unida: el peligro turco. Y algo comenzaba también a perfilarse: la posibilidad de entendimiento entre culturas y creencias diversas.
John H. Elliott (Reading, 1930), maestro de hispanistas y Premio Príncipe de Asturias en 1996, ha enseñado, a lo largo de su dilatada carrera académica, en el Trinity College de Cambridge, en el King’s College de la Universidad de Londres, en el Institute for Advanced Study de Princeton, y en la Universidad de Oxford, de la que fue Regius Professor desde 1990 hasta su jubilación en 1997. Entre su extensa bibliografía deben citarse, La revolta catalana, 1598-1640 (1989), Poder y sociedad en la España de los Austrias (1982), Richelieu y Olivares (1984, 2002) y El conde-duque de Olivares (1991, 2004), todos ellos publicados por Crítica. muchas monarquías. Se acentuaba el conservadurismo político y social; surgían nacionalismos providenciales en la católica España y en la Inglaterra protestante; brotaba una asfixiante ortodoxia, engendrada por la controversia religiosa. Algo le impelía, no obstante, a Europa a mantenerse unida: el peligro turco. Y algo comenzaba también a perfilarse: la posibilidad de entendimiento entre culturas y creencias diversas.